jueves, 20 de febrero de 2014

Vuélvase popular en la internet con estos simples pasos


 

 

Número uno: no la llame “la internet”.

 

Sugerencias infalibles para volverse popular:

 

a)

 

Detecte un objetivo al cual atacar, preferentemente que sea un buen blanco para poder emitir críticas o burlas. Por ejemplo: “Uy si, los oficinistas, comiendo en sus fondas o ahorrando para comprarse su Chevy a 72 pagos, pero gastando 60 pesos en un café de Starbucks”. Entre más incomodidad provoque el grupo que usted critica, mayor será su éxito en la internet

 

En su defecto, detecte un grupo que critique a otro grupo y critíquelo por criticar o emitir burlas. Ejemplo: “¿Y ustedes quiénes se creen para burlarse de los oficinistas? Ellos son personas trabajadoras, ustedes que desde su pedestal se ponen a juzgar a los demás”.

Ambos sistemas también pueden funcionar con ideas o servicios y establecimientos. Puede usted criticar creencias, ideologías, formas de pensar, o criticar la crítica misma. Ejemplo:

 

Crítica: maldita Coca-Cola  

Contracrítica en servicios o establecimientos:   Déjalos que ellos se tomen lo que se les dé la gana.

 

Crítica ideológica: tontos religiosos

Contracrítica: pues ellos creen lo que se les dé la gana

 

b)

 

Si usted no es muy creativo para la construcción de imágenes, memes, frases, opiniones, que lo ayuden a encontrar la aceptación o admiración de otras personas, no se preocupe: siempre puede recurrir al plagio o –como preferimos llamarlo– difusión de ideas ajenas.

 

Para esto, es necesario que usted esté pendiente de la frescura de su producto. No quiere decir que la idea que usted comunique sea completamente desconocida cuando usted la pla… digo, cuando usted la difunda. Todo dependerá del público al que usted decida dirigirse. Si usted tiene un video, chiste, imagen vieja, pero sus seguidores son fáciles de impresionar, entonces ya tiene solucionada gran parte de la problemática. No importa que su video tenga años (que en tiempo de la internet años son décadas) de antigüedad. Lo más probable es que si usted consiguió acumular este público tan poco actualizado, usted será muy pero muy popular entre ellos. Y si su público se conforma con cosas estúpidas, su fama será aún mayor.

 

Entre más estúpido o simplón sea su chiste, meme, idea = mayor número de seguidores.

 

La fórmula anterior resolverá la imposibilidad de crear la siguiente fórmula:

 

Ante mayor originalidad y atractivo = mayor número de seguidores

 

Pero la originalidad no es indispensable, ya que de todos modos usted sufrirá de grandes frustraciones cuando se percate de que sus ideas originales son plagiadas por personalidades famosas de internet, que se aprovecharán para hacerse más famosas a costa de usted y su ingenio, así que recomendamos el camino sencillo y sin complicaciones. Entre a páginas gringas, adelántese a tropicalizar las ocurrencias de otros países y el éxito se asomará pronto. Le funcionó a Alfonso Reyes y a Vasconcelos, por qué no habría de funcionarle a usted.

 

c)

 

Por favor cuide su imagen. Entre más ambiguos u ocultos sean sus lados oscuros y más resalte su parte agradable, los seguidores se irán haciendo una imagen idealizada de usted. Nadie quiere a alguien que no sepa decir las verdades de manera graciosa; es más, las verdades son poco recomendables en esto de la popularidad.

 

Ejemplo:

 

“Las mujeres no deberían de ser despreciadas por su libertad sexual”

 

Buuuuu, usted lo está haciendo mal. Alimente la creencia popular, que mantenga en su zona de confort a sus seguidores y le permitan sentirse superiores a los demás:

 

“Andan de fáciles, y luego se quejan porque nosotros las critiquemos. ¡Háganse responsables, mujeres!”

 

Viva, aplausos, su popularidad aumenta en creces.

 

Así que nunca hable de temas importantes y pásesela en chistes y temas de relajación (tome en cuenta que sus seguidores han tenido una jornada larga y difícil de trabajo, lo último que quieren es pensar). Gatitos, animalitos, cosas jocosas, hágase el tonto para que todos rían a carcajadas. Ellos no quieren ser regañados y son el cliente, y el cliente siempre tiene la razón. Aprenda de McDonalds y otras emprendedoras empresas.

 

Espero que este seminario funcione para que usted, querido lector, sea más popular y tenga más retuits o likes y visitas en su espacio en la internet. No olvide que una foto agradable y bella de usted, atraerá más personas que busquen lo bonito de la vida.

 

Muy buen día y a echarle los kilos, que esa fama no se va a hacer sola.

jueves, 31 de enero de 2013

¿Y si tal vez...?



Ellos comen por el restaurante, nosotros por la comida.
Ellos rezan por perdón, nosotros por reflexión.
Ellos bailan, escriben, actúan para lucirse; nosotros para expresarnos, para gozar, por lo que creemos.
Ellos hablan de amor; nosotros lo practicamos.
Ellos conquistan a su pareja; nosotros la enamoramos.
Su riqueza radica en su fortuna; nuestra fortuna es nuestra riqueza.
Ellos llaman familia y patria a la sangre; nuestra familia y nuestra patria, es por lo que sea, menos por la sangre.
Ellos se quejan; nosotros contamos.
Ellos olvidan; nosotros recordamos.
Ellos pelean; nosotros defendemos.
Ellos saben; nosotros dudamos.
 Ellos se preguntan cómo ser felices; nosotros lo intentamos.
Ellos estudian para alcanzar un fin; para nosotros, estudiar es el fin mismo.
Ellos educan a sus hijos; nosotros les enseñamos a aprender.
Ellos compran objetos para salvaguardar su dinero; nosotros porque nos gustan.
Cuando envidian, ellos quisieran ser los portadores del objeto codiciado; a nosotros nos gustaría que la suerte no fuera de unos cuantos. 
Ellos se buscan un ser amado a su altura; nosotros nunca podremos estar al nivel del ser amado.
Cuando ellos nos encuentran en la calle, no pueden dejar de mostrar su desprecio,  de hablar a nuestras espaldas, burlarse porque –creen- no tenemos lo que ellos idolatran; nosotros  les invitamos a tomar un trago, los escuchamos, nada tendríamos qué decirles sin embargo les decimos lo que sentimos y, en el peor de los casos, reímos o en silencio sentimos pena por su odio que los consume como una hoguera consume a una carta vieja.
A ellos, cuando no les gusta algo, atacan; nosotros, argumentamos.
Ellos dicen: no se puede; nosotros decimos: ¿y si tal vez…? 

jueves, 6 de diciembre de 2012

¿Algo más que decir?



Radical, sí, pero nunca inhumano.

¿Malhumarado? Depende de tu tabla de fórmulas. Si tomas en cuanta el promedio del humor que toma la gente ante sus tragedias cotidianas, encontrarás que por comparación y suposición, soy una persona de un agraciado e inigualable buen temperamento.

¿Necio? No podría ser de otro modo ante tanta insistencia de la estupidez a mi alrededor.

¿Idealista?  Depende, he encontrado que gran parte de las sociedades más avanzadas son tan necias como un hombre exitoso ya formado: no hay modo de hacerle ver que hay otras maneras de pensar. Ahí me declaro de si lu sio na do. Si me hablas de un pueblo destruido, entonces ahí hay esperanza de enseñarles a ser abiertos, incluso cuando después logren ser exitosos. Lo mismo es con la gente.

¿El amor de tu vida? No hay que perder el tiempo con cosas que si pasan, van a pasar, y si no van a pasar, no pasarán, haga uno lo que haga.

¿Futuro? Lo mismo que el pasado. Tan relevante era que sucediera, que a nadie le importaba lo que pasa en ese momento, pero todos creen lo contrario.

¿Amistad? Usaré un lugar común transformado. Soy amigo de la amistad misma. Los amigos. Eso es una necedad más de la idiotez que anhela lo incondicional y teme a la decepción.

¿Familia? Parecida a la amistad, excepto que la familia y el amor no son sentimientos que visten de diferentes personas. Son una idea que rescata y prevalece cuando las desgracias se ponen de acuerdo para darte donde más padeces.

¿Consejos? No hacer lo que uno no quiere. Y si uno no quiere ser libre, no dejes que te obliguen a serlo.

¿Conocimiento? El conocimiento se debe apreciar como cualquier otro objeto ridículo que apreciamos. Sabemos que ante los ojos de los demás o ante el fin del mundo o ante las peores circunstancias, de nada sirve, pero cómo nos gusta tenerlo. Es caro, lujoso y nunca pasa de moda con uno mismo. No podría decir lo mismo de un barato, austero y muchas veces aburrido Ferrari.

¿Creer en el hombre? ¿A quién o en qué nos sirve no creer en él?

¿Perdonar? No hacerlo es un lujo muy engorroso como para no contarlo hacia con nosotros mismos, para nosotros o de parte de los demás.

¿Suicidio? Pocas cosas nos provocan tanta envidia.

¿Hijos? Si no son para echarlos a perder y hacerlos infelices, no sé para qué podría alguien tenerlos.

¿Algo más que te gustaría decir? Siempre… siempre.