martes, 20 de noviembre de 2012

Cómo salvar al mundo con el mínimo esfuerzo



¡Pero  la masacre de Palestina! Ve esas fotos tan horribles de los niños muertos. Y aunque haya a quien no le gusten o le incomoden, no podemos dejar que le dé la espalda a esta desgracia… Mira, el otro día salió Pedro a cuestionarme que por qué no había puesto la misma atención a las fotos de los niños obreros en China, ¡pero claro que les puse atención!, de hecho yo misma las compartí y hasta le expliqué a todos que no debían de ser indiferentes a la miseria china. Pero eso fue como la semana pasada, y el impacto de las fotos de los niños palestinos es muy diferente. O sea, yo ya hice mi parte por China, a mí es a la que menos puedes decirle.  Y no me vengas con excusas, aquí no importa si no sabes qué está pasando, ni por qué está pasando, ni mucho menos si no sabes dónde está pasando. Por ejemplo yo, que antes no sabía dónde estaba Palestina, no me importó. Porque basta ver las fotos para conmoverse. Quiero decir, quién necesita documentarse, ¿sabes? Una foto dice más que mil palabras. Porque yo veo una imagen y de inmediato reacciono. No sé, así siempre he sido yo. Y perdóname que te lo diga, pero no sé cómo puedes seguir viviendo como si nada después de conocer semejante tragedia. Y te voy a ser franca: si no condenas de inmediato esta situación, pues la estás promoviendo; ya te dije, no sé por qué dices que necesitas leer al respecto, aquí no se trata de informarse, se trata de defender la vida por la vida misma, sobre todo a los niños, y si tú viste las fotos y no lo condenaste pues es porque lo estás apoyando, no es cosa de leer. Nada de dudas. Por ejemplo, yo qué me voy a estar preguntando si un día van a curar el cáncer o no; o sea, yo apoyo el día ese que exactamente no recuerdo qué día es, pero que es el día de la lucha contra el cáncer. Yo me pongo mi moño y hasta le pongo uno a cada una de mis hijas, para que vean que nosotras sí apoyamos. Obvio yo sé que hay cosas por hacer, que de voluntariado, donaciones y esas cosas, pero pues yo por eso le informo a la gente con mi listón, un chorro de cosas que se tienen que hacer. También es cierto que no se puede estar en todo, como el otro día que mi cuñada me estaba diciendo de una marcha por la democracia o los derechos de no sé qué, y quería que la acompañara, pero pues la verdad yo no tenía tiempo, y para serte honesta la verdad ni supe bien cómo estaba eso de la marcha y mejor no fui. O sea, yo tampoco me voy a prestar a esos juegos. Al rato van a querer que todo el tiempo esté haciendo y tenga presentes no sé qué tantas cosas. Como te digo: hay límites. Y a propósito de democracia, ¿si te enteraste de lo que pasó en Egipto, eso de la primavera árabe y toda la cosa? ¿No? Ay, pero cómo, si yo lo puse en mi face. A la otra hasta te voy a etiquetar porque está interesantísimo. A mí me lo pasó una amiga y en cuanto me dijo lo compartí. La verdad es algo en lo que yo coincido mucho, algo que se debe defender, eso de la democracia en Egipto.  Aunque cómo hay gente que se aprovecha de la buena voluntad de uno, porque no te creas, también me han tocado malas experiencias. Como esa vez que anduve difundiendo lo de un dictador de África, creo, que era muy malo, así un tirano mal plan, y que hasta un video le hicieron. Keny, creo que se llamaba Keny. Y pues yo lo hice más que nada por los niños. Yo vi el video de lo que decían que este señor estaba haciendo y hasta lloré. Qué mala onda que al final hayan dicho en las noticias que todo era mentira. Eso no se vale. Yo cómo iba a saber. Te voy a pasar el video para que lo veas tú también. Digo, ya aunque ahorita digan que es mentira pero para que estés al tanto. Esa es la parte mala, que luego uno ya ni sabe lo que es verdad. Como el domingo, que voy con las niñas a esto del “Fin de las ofertas”, ya nos traíamos las seis pantallas de plasma para la casa, cuando me sale mi hija con que había leído no sé qué en un mail, que los niños de las minas de litio con las que se hacen esos productos, que los explotan y que son como esclavos, que eso destruye la naturaleza, contamina y acaba con los recursos para el futuro, y así todo un rollote, pero mira, como le dije a mi hija, yo no puedo estar con la zozobra de si será melón o será sandía, yo no iba a dejar pasar la oferta. Total que mi hija se puso de necia, porque luego me sacó que estaba mal comprarlo con la tarjeta de crédito, que mejor lo ahorráramos para no andar con la deuda, que porque vio en un documental que eso crea las burbujas económicas y que según por eso fue la crisis mundial, pero pues yo no lo he visto, y la verdad hasta no ver no creer. Además ni que fueran cosas que no necesitáramos, trajimos nada más lo indispensable, las pantallas que ya nos hacían mucha falta, las ipads de Navidad, las waffleras, los peluches de los bebés para los bebés de mi prima, un montón de cosas ¡y hasta comida! Nos trajimos unas cubetas de estas grandes del helado importado. No iba a desaprovechar eso. Además, qué tan malo puede ser, porque aunque sea helado, es comida. Pero en realidad sí me puso a pensar, porque últimamente he visto muchos links de cosas feas que están pasando en España. Pero bueno, como leí en un blog: ya quisieran los españoles estar como nosotros. Y la verdad yo sí le creo, según dicen que hay cifras de que aquí en México hay pobreza mucho peor y gente muriéndose de hambre o algo así, pero la verdad no las he visto en twitter, y si existieran ya las hubiera compartido, y de todos modos, como sea la emergencia es mucho más grande en España porque allá no estaban acostumbrados a eso de la pobreza. Ya después de mucho discutir, terminamos dejando la pantalla de mi hija, que porque ya no la quiso. Digo, ya si fuera cierto lo del mail ése, pues aunque sea una ayudita ya hicimos. Y todavía, fíjate, la señora de la fila de a lado hasta dejó sus tres tostadores y los celulares que llevaba, pero allá ella. Como te digo, lo de hoy es estar informada, en la época del internet y no saber de estas cosas pues cómo. Y la verdad lo siento mucho también por el país, porque yo vi en una imagen muy bien hecha, que el presidente estaba diciendo que estas compras eran por nuestra economía, y la verdad qué mal que haya gente como esa señora que nada más por algo que escuchó, ya no ayude. La verdad qué pena. Y a mi hija sí la castigué, no te voy a mentir, si no al rato va a terminar metiéndose en lo que no le importa, como los de Greenpeace, que vienen con su cantaleta de que los mares, las ballenas y que Japón y no sé qué, y la verdad yo ni tengo planes de ir a China, ni de comer ballena, ni nada de eso. O los que molestan con que no sé qué hay que informarse sobre el gobernante que escogemos, que porque pueden ser corruptos o estar ligados con el narcotráfico y eso ha traído no sé cuántos muertos y no sé qué tanto. Pero si todos son iguales. O eso pienso. La otra vez me contaron de un documental que según decía eso, pero la verdad no lo he visto. Sé que por ahí hay fotos terribles que te enseñan lo que pasa por no inmiscuirse en los asuntos en los que sí puedes directamente intervenir, pero yo no me voy a dejar manipular.  Como te digo, todo es cosa de ponerse vivo. Yo, aunque les pese, veo y comparto las fotos de los niños palestinos. No me voy a ver indiferente a su dolor, nada más porque resulta que por acá hay más muertos, resultado en gran parte de la indiferencia de no sé quién. O más bien la indiferencia de otros. No puede ser la mía, porque yo sí estoy muy atenta con esto del Keny, y sí compartí la foto de los niños japoneses… Bueno, chinos. De donde sean. Y hasta no compré la pantalla de mi hija. A mí no me pueden reclamar. Como te dije, no se puede andar por ahí apoyando todo. Ni sé por qué me ves con esa cara, ni por qué te enojas. Ya estás como Pedro. En realidad que a ustedes los supuestos activistas no se les complace con nada. Con nada…


Por Ulises Xolo y Leonardo Garvas